Somos seres visuales. Un 80% de la información sensorial que recibimos es visual.
Según el Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas, «la optometría es una profesión sanitaria y es la ciencia que tiene la triple vertiente de prevenir, detectar y solucionar problemas visuales.
Su objetivo final es conseguir el máximo rendimiento visual con la mínima fatiga. Para ello, estudia, además del estado refractivo de los ojos, aspectos que hayan podido influir de alguna manera en el desarrollo y aprendizaje visual, posibles disfunciones binoculares, hábitos en cuanto a la postura y distancia de lectura, entorno o medio ambiente.»
La optometría mantiene el estado de salud visual evaluando la llegada de información a la retina y el procesamiento de esta información, lo que llamamos VISIÓN.
En la corteza cerebral hay 35 áreas destinadas al procesamiento de la información visual, por lo que es necesario conocer cómo la información visual es interpretada a la hora de llegar a nuestro cerebro y si la respuesta motora que se produce es la adecuada para que el sistema funcione de una manera eficiente.
Dentro de la optometría, existe la optometría comportamental, la cual se centra en evaluar al paciente para llegar a comprender cómo está utilizando su sistema visual, elaborando un plan de trabajo con el objetivo de realizar cambios que permitan mejorar el rendimiento visual y adecuar el sistema visual a las necesidades del individuo.
Puede ser que un niño tenga problemas de lectura, concentración o escritura, como que se salten palabras, no comprendan bien lo que leen o cuando copian de la pizarra lo hagan erróneamente. Esto puede ser debido a problemas visuales, no solamente refractivos corregibles con gafas, sino que pueda haber un problema de visión binocular o de percepción visual.
Para diagnosticar esto, existen test específicos con los cuales se puede valorar si el niño tiene algún problema de percepción visual como puede ser de discriminación, memoria visual, constancia de forma, relaciones visuo-espaciales, figura-fondo o cierre visual.
Hay optometristas comportamentales que, además, evalúan el desarrollo motor, los reflejos primitivos y la percepción auditiva. De esta manera se aseguran de tratar a los pacientes desde una visión global y yendo a la base del problema.
¿Qué podemos hacer si existe un problema en alguna de estas áreas?
Los pacientes con problemas de de visión como pueden ser estrabismo, ojo vago, visión doble, etc. pueden ser tratados con terapia visual. La terapia visual es un entrenamiento basado en la repetición de una serie de ejercicios individualizados para cada paciente, los cuales se hacen en consulta una vez a la semana, mínimo una vez cada dos, y se refuerzan en casa durante 15-30 minutos diarios.
Dependiendo de cada caso, la terapia tendrá una duración en el tiempo estimada por el optometrista especializado y siempre debe de ser realizada bajo su supervisión si se quieren conseguir los objetivos con éxito.
Con esta terapia se pretende cambiar la forma en la que el cerebro percibe la información visual que le llega a través de los ojos. Con ello se consiguen crear nuevas conexiones neuronales y modificar el esquema de visión que estaba preestablecido.
Además, los pacientes que presenten problemas en el área perceptual también pueden ser tratados con terapia visual. Esto permitirá mejorar esas habilidades visuales que son deficientes, lo que ayudará a tener un mejor rendimiento escolar y mejorar sus capacidades cognitivas.
En pacientes con deficiente desarrollo motor o con reflejos primitivos activos, se realizarán ejercicios para la integración de estos reflejos y para mejorar el control del cuerpo y crear un mapa mental corporal correcto. Y si el paciente tiene un problema en la integración de la información auditiva se tratará de manera personalizada para, de esta forma, mejorar la eficacia auditiva y el rendimiento.