Moverse en libertad. Desarrollo de la motricidad global
En este libro, Emmi Pikler nos presenta su metodología pedagógica para el desarrollo integral de la motricidad global infantil.
Moverse en libertad, publicado en 1969, es el libro en el cual Emmy Pikler reúne todos los conocimientos obtenidos a lo largo de su trayectoria profesional hasta la fecha. Desde 1946 hasta 1979 se encargó de la dirección del Instituto Lóczy de Educación y Cuidados de la primera infancia (actualmente llamado Instituto Pikler) de Budapest, fundado para bebés que precisaban cuidados prolongados fuera de la familia.
Fue en el Instituto donde desarrolló una serie de principios pedagógicos inculcados a todas las cuidadoras, de manera que se llevasen a cabo los mismos protocolos de actuación con todos los bebés.
Gracias a la observación y el registro del movimiento libre de cientos de niños que pasaron por el Instituto durante esos años, pudo llevar a cabo dos investigaciones, las cuales presenta en este libro. Con ellos se demostró la importancia del movimiento libre de los bebés para lograr un desarrollo integral óptimo, sin necesidad de la actitud intervencionista del adulto que se fomentaba hasta entonces.
El libro se muestra, además, como un meta-análisis comparativo de previos manuales de pediatría y estudios sobre el desarrollo infantil, los cuales defendían el intervencionismo de los adultos.
La presentación de los estudios de Pikler cambió la forma de ver el desarrollo de la motricidad global en los primeros años de vida. Sus principios pedagógicos se basan en los siguientes aspectos:
1. El adulto debe tener una actitud observacionista de manera que la interacción entre bebé y este debe de ser positiva, proporcionándole estabilidad interior y estableciendo así un vínculo de confianza.
2. Nos muestra como el movimiento libre influye de manera favorable en el estado emocional y desarrollo psiquíco de los bebés, ya que son ellos los que toman decisiones de manera activa, alimentando el deseo de movimiento y relacionándose de manera autónoma con el entorno.
3. El entorno para este desarrollo debe de ser seguro, proporcionando todas las herramientas necesarias para poder hacerlo y dotándoles de ropa cómoda y adecuada para permitir su movimiento.
4. Gracias al movimiento libre se permite la ejecución de movimientos transitorios necesarios para la preparación de movimientos más evolucionados, logrando que se consiga el tono y la fuerza muscular necesaria para alcanzarlos. Apunta la importancia de no apresurar la obtención de hitos motores antes de tiempo.
Este es un libro que pese a estar escrito en un lenguaje sencillo de entender, me parece más adecuado para profesionales interesados en el desarrollo infantil, que comprendan la investigación y puedan ser críticos sobre ello, ya que se muestran datos, gráficas y tablas que para el público general pueden ser más complicadas de entender.
Este libro es la novena reimpresión del original, publicado en 1969. Se mantiene con un diseño sencillo y limpio, tanto en la portada como en su interior. Debido a que la autora nos presenta sus estudios más importantes hasta esa fecha, nos encontramos tablas, gráficas y algunas ilustraciones en blanco y negro de los diversos movimientos globales de los bebés. Consta de 130páginas, organizadas en 2 capítulos principales, la síntesis, conclusiones y los anexos.
El libro no es muy extenso: en el primer capítulo explica el papel del adulto en el desarrollo de los movimientos, haciendo un resumen de la literatura que se encontraba hasta la fecha y revisándola desde una mirada crítica; en el segundo nos habla de la importancia del movimiento libre sin intervención directa del adulto y de las condiciones favorables que se daban en el Instituto y, finalmente, nos presenta sus estudios, siendo esta parte la de lectura más compleja.
Este libro fue una grata sorpresa para mí. Me hizo cambiar mi forma de pensar sobre el desarrollo de la motricidad infantil, sobre todo sobre el erróneo concepto que tenía sobre los tiempos en los cuales se deben cumplir ciertos hitos motores y, así, abandonar la idea de excesiva rapidez con la cual queremos siempre que se cumplan sin disfrutar de las etapas intermedias.