La motricidad fina implica a los grupos musculares más pequeños, entre ellos, los músculos que coordinan los movimientos oculares, tan importantes para la lectura.
Los movimientos oculares, tan importantes para la lectura, son movimientos pequeños y muy precisos, por ello, también forman parte de lo que llamamos motricidad fina.
Cuando buscamos motricidad fina en internet, nos encontramos con un montón de webs que nos hablan sobre la que la motricidad fina se refiere a las acciones finas que se hacen con las manos, específicamente con los dedos, como puede ser rasgar, pinzar, coger cosas pequeñas, usar tijeras, etc.
Sabemos de la importancia que esto tiene para que, cuando los niños empiecen la escritura, la grafomotricidad, sean capaces de coger correctamente el lápiz y organizar sus movimientos.
La motricidad fina es la coordinación de los grupos musculares más pequeños. Requiere de una maduración y aprendizaje superior ya que es necesaria una mayor precisión y planificación de los movimientos.
Para su correcto desarrollo, se necesita un previo control motor de las habilidades de motricidad más gruesas. Por lo que, para el correcto desarrollo de la oculomotricidad, o movimientos oculares, también será necesario el previo desarrollo del control motor grueso.
A diferencia de la motricidad fina, la motricidad gruesa implica grandes grupos musculares. Es necesaria para hacer desplazamientos dentro del espacio y para llegar a desarrollar la coordinación y el equilibrio.
Esto ayudará a organizar con armonía todo nuestro cuerpo y poder movernos y relacionarnos correctamente con nuestro entorno. Este movimiento hará que poco a poco se vayan desarrollando áreas cerebrales más superiores y madure el sistema nervioso central.
Para lograr un buen control motor y postural, se debe pasar por las distintas fases del desarrollo, entre las cuales, dentro del desarrollo de la motricidad gruesa se encuentran:
- Arrastrarse
- Gatear
- Caminar
- Correr
Lo ideal sería llegar al nivel de coordinación contralateral en cada una de las fases antes de pasar a la siguiente, es decir, que se coordinen movimientos cruzados, pierna y brazo contrarios. Esto ayudará a la creación de vías que comparten información entre ambos hemisferios cerebrales, lo cual es esencial para la coordinación ocular, entre otras cosas.
Por ello, es importante recordar que si hay un retraso en el desarrollo motor grueso, por ejemplo, empezar a caminar más tarde de lo establecido o saltarse etapas tan importantes del desarrollo como el gateo, podría derivar en un retraso en la maduración del córtex motor y se vería afectada la motricidad más fina, como los movimientos oculares, la escritura o el habla.
Si esto ocurre, si véis que puede haber un retraso en el desarrollo de vuestro bebé, no dudéis en buscar distintas opiniones profesionales y no os conforméis con un «ya madurará». La maduración del bebé dependerá de los estímulos que le demos, no del tiempo.