Impacto social y económico de la incorporación del óptico-optometrista a la atención primaria

Impacto social y económico de la incorporación del óptico-optometrista a la atención primaria

El óptico-optometrista podría suponer un beneficio tanto social como económico al ser introducido dentro del Sistema Nacional de Salud.

Actualmente nos encontramos que dentro del Sistema Nacional de Salud no existe el perfil del óptico-optometrista como especialista en atención primaria de la salud visual. La inclusión del óptico-optometrista dentro del Sistema Nacional de Salud se está realizando en algunas comunidades autónomas pero de manera muy puntual y sigue siendo hoy en día un objetivo primordial de nuestra profesión.

Recientemente, en el número de septiembre del 2020 de la Gaceta de optometría y óptica oftálmica del Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas, han publicado un estudio sobre el impacto social y económico de la incorporación del óptico-optometrista a la atención primaria.

En este estudio se realiza una evaluación económica de lo que supondría la incorporación del óptico-optometrista dentro del Sistema Nacional de Salud de dos maneras diferentes, incorporando al óptico-optometrista como un profesional sanitario más dentro de los servicios públicos de salud y/o realizando acuerdos o conciertos específicos para la externalización de servicios.

Durante el estado de alarma decretado en marzo del 2020 a causa de la pandemia mundial del COVID-19, se contempló que los establecimientos sanitarios de óptica eran servicios esenciales para la población, por lo que muchos compañeros se mantuvieron abiertos o cubrieron urgencias durante el tiempo que estuvimos en estado de alarma.

Esto nos hace reflexionar sobre la importancia de nuestro trabajo dentro de la atención primaria de salud visual de la población.

Este trabajo viene por la necesidad de reflexionar sobre la necesidad de esta mejora de los servicios en salud visual dentro de la atención primaria, y la importancia de liberar los recursos disponibles para así disminuir los plazos de listas de espera para la atención especializada, en este caso, la oftalmológica.

En cuanto al impacto social, este estudio afirma que las listas de espera de la atención oftalmológica se verían reducidas debido al elevado porcentaje de pacientes que son derivados al año por problemas de la agudeza visual, pacientes que serían asumidos por el servicio de óptica-optometría, dejando más liberados a los especialistas.

Por otro lado, la atención primaria en estos casos mejoraría gracias a la formación que tienen los profesionales ópticos-optometristas.

En cuanto al impacto económico, el estudio estima que la incorporación del servicio de óptica-optometría al Sistema Nacional de Salud supondría importantes ahorros, al permitir, entre otras cosas, que tanto el pediatra como el médico de familia y el oftalmólogo, puedan dedicar parte de su tiempo de trabajo a otras actividades asistenciales.

Estima que se podrían ahorrar sobre 58 millones de euros en el caso de que el óptico-optometrista se incorporase al modelo público sanitario y 52 millones de euros en caso de que se realizasen conciertos o acuerdos para la externalización de servicios.

El estudio concluye que se conseguiría con esto una mejor eficiencia de la atención primaria:

    • Reducción de listas de espera.
    • Reducción de costes a corto y largo plazo
    • Mayor equidad para la población, detección precoz y mejora de la calidad de vida.
  • Mejora clara de la imagen del sistema.