Desarrollo motor y su relación con los problemas de aprendizaje

¿Qué es el neurodesarrollo?

El neurodesarrollo es un proceso dinámico que se produce gracias a la interacción entre el niño y el medio que lo rodea. Como resultado, se obtiene la maduración del sistema nervioso y el desarrollo de todas las funciones cerebrales, entre ellas, las necesarias para el aprendizaje académico. El desarrollo motor es uno de los factores ambientales que más va a influir sobre el neurodesarrollo del niño.

El movimiento del niño permite la maduración neurológica. A medida que las habilidades motrices más básicas se hacen automáticas, los niveles corticales superiores pueden ser empleados para focalizarse en el aprendizaje académico.

El desarrollo de las habilidades de altos niveles como el procesamiento cognitivo es más difícil si los circuitos del nivel inferior no han sido activados apropiadamente. Esto es debido a que los circuitos neurológicos superiores que procesan la información más compleja, se activan después de los que procesan las informaciones más básicas.

En definitiva, la buena gestión automática por parte del sistema nervioso de los procesos motrices y sensoriales dará una base sobre la que construir el desarrollo de lo cognitivo.

Desarrollo motor

El desarrollo motor es un proceso secuencial que se produce a lo largo de la infancia. Conlleva la adquisición progresiva de habilidades motoras que permiten la independencia física y funcional permitiendo la maduración del sistema nervioso central.

En un primer momento, el bebé responderá a los estímulos mediante reflejos controlados por los niveles inferiores del sistema nervioso central. Posteriormente, irá adquiriendo patrones de movimiento más coordinados y complejos que le permitirá mantener un correcto control postural, desplazarse y desarrollar la destreza manual.

El desarrollo motor se asienta bajo dos leyes:

    • Maduración céfalo-caudal: primero se desarrolla el control cefálico y más adelante el control de la pelvis, rodillas… y hasta los pies.
  • Maduración próximo-distal: primero se desarrollan los miembros proximales y después los distales, de forma que lo último en madurar será la motricidad fina de las manos y de los dedos, así como el control óculo-manual y los movimientos oculares.

El objetivo final del desarrollo motor es la maduración y desarrollo de la corteza prefrontal, donde se llevan a cabo las funciones ejecutivas, esenciales para el aprendizaje, ya que son un componente organizador de funciones cognitivas básicas.

Funciones motoras que precisan de un buen desarrollo motor:

    • Lectura y oculomotricidad
    • Escritura y función manual
    • Matemáticas y organización visoespacial
    • Coordinación ojo-mano
    • La movilidad y el lenguaje: verbal y no verbal
    • Coordinación de lenguaje y respiración
    • Funciones ejecutivas y planificación motora de las tareas
  • Control postural en el aula

Desarrollo sensorial

Nuestros receptores sensoriales (auditivos, visuales y táctiles) nos permiten recibir información del entorno y relacionarnos con él. No basta solamente con que el órgano sensitivo (oído, ojo o piel) esté saludable, sino que es necesario que toda la vía sensorial pueda procesar, organizar e interpretar de manera adecuada esta información.

A través de la integración de todas las informaciones sensoriales construiremos nuestra percepción. Después, podremos realizar una acción motora adecuada en respuesta a esa información.

Si este proceso no se realiza de forma adecuada, se verá afectado el desarrollo en todas sus áreas: motora, emocional, mental, afectiva o social.

Signos de alarma y prevención

El primer año de vida es crítico en el neurodesarrollo. Por ello, es importante la prevención y necesario realizar una valoración del neurodesarrollo a todos los bebés.

Existen parámetros que nos permiten identificar si existen alteraciones en el neurodesarrollo. Mediante la evaluación de los hitos del desarrollo en el niño, se puede estimar si el desarrollo cerebral está ocurriendo de manera adecuada.

Los hitos del desarrollo tienen un margen de +/- 2 meses. Sin embargo, no se deben descuidar y siempre valorar si se está logrando la secuencia adecuada en el tiempo.

Por otro lado, también hay que evaluar el desarrollo sensorial desde los primeros meses de vida para conocer si el bebé responde de manera adecuada ante estímulos visuales, auditivos y táctiles.

Debemos recordar, además, que la pérdida de habilidades previamente adquiridas, o regresión del desarrollo, siempre implica una alerta para que el niño sea derivado inmediatamente para su evaluación complementaria.